la distancia y el tiempo
que por momentos se vuelve eterno,
y otros más, casi inexistente.
lejos de ti, en presencia ausente,
con el alma pendiente
de la sombra, de ayer y la que vendrá mañana,
brava con la mirada de fuego
haciendo gala sólo del recuerdo.
en ti…
sólo tú eres para mi
la confesión que hasta hoy
me acompaña en mis silencios.
noches de lunas oscurecidas,
de estrellas erráticas
que desean brillar lejos
de donde han sido plantadas.
eres más, de lo que palabras
y alma pudiesen describir.
te has hecho dueña de mi vivir,
sólo en ti…
con mis ideas y memorias
contemplando
cuando a escasos instantes
podría abrazarte.
numerables sendas
por donde se bifurcaban
mis emociones, queriendo hablar,
permanecían descubriendo
lo que imposibles es atestiguar
con la mirada.
sin tregua, no abandonaré nunca
la entrega que me sostiene unido a ti.
permaneciendo contigo.
Mírame tú
¿Cuándo fue? ¿Tú te llamabas?… Sé que te quise demasiado, tanto que en cada sombra veo un brillo que hace reflejar en sumo, una leve seña de lo que es tu belleza. Las sombras son tu lenguaje. La tarde se puso triste cuando decidiste marcharte, pero es evidente que tomaste la mejor de las medidas. Nunca me gustaría encontrarte, pero tu rostro se escupió en mis ojos y no puedo olvidarte. Si tú estuvieras enfrente de mí… dejaría de ser yo; escaparía para intentar tocar tu alma, con el deseo de caminar juntos hasta la oscuridad. Sombras. Tu belleza. Rostro lleno de destellos es el mío. Contrastes fatales, pareja errática, ya que al hallarnos tropiezo con un abismo en ti, como tú lo aciertas en mis ojos. Te veo, tú me hablas, aunque desearía que fuera al revés. Tus expresiones son oscuras, mi vista es centelleante. Mírame tú, y déjame hablar.
Más de ti
Sólo...
si así ha de ser
la forma en que me digas
nos vemos, y con el tiempo
la intriga me mate.
Solo, me arde
el rostro entero
al saber que por tí yo sueño
imaginando un paisaje
en donde el suelo
no tiene barreras.
Sólo me queda
darme cuenta
que la distancia
se alarga,
las letras no bastan
y por más que te ame
tendré que sentarme
y esperarte bastante,
aunque demasiado
me canse
saldré de mi cuartel.
Y así sólo sabré
si en la guerra de dudas y cartas
se mantiene de pie
mi marcha.
No, el adiós no me basta
la amistad me levanta,
y juntos al vuelo
encontraremos el hasta aquí de las cosas
o la dichosa respuesta del: acepto.
Soñé
y que te ibas por un camino estrecho
pero mi sueño fue tan real
que no lo puede evitar
y para cuando desperté
el llanto me había visitado,
no se fue hasta dejarme exhausto
sin aliento alguno, sin ideas para pedirte que volvieras…